Playa de las Catedrales

Praia das Catedrais – Mariña Oriental (Lugo)

La Playa de Las Catedrales, está entre Foz y Ribadeo.

Fue bautizada originalmente como la playa de Aguas Santas, es conocida como la Playa de Las Catedrales debido a las gigantescas rocas en forma de arcos y bóvedas, muy similares a las catedrales. La playa tiene este relieve debido al efecto de la erosión del viento y del agua salada.

Bajamar

Durante la marea baja se puede acceder a la playa a través de unas escaleras hasta su fina arena,  a un largo arenal delimitado por una pared rocosa de pizarra erosionada en formas caprichosas: arcos de más de 30 m de altura que recuerdan a arbotantes (arcos) de una catedral, grutas de decenas de metros, pasillos de arena entre bloques de roca.

Esto sucede normalmente 2 veces al día y va cambiando considerablemente de un día a otro.

Dependiendo de la hora del día y lo bajo o alto que esté el sol, cambian los colores y las formas tan especiales, típicas de la costa gallega del mar Cantábrico.

Pleamar

Durante la pleamar, cuando el agua alcanza su nivel más alto, la playa es relativamente pequeña.

Es interesante ver la playa con la marea alta recorriendo la parte superior de los acantilados en dirección oeste-este hacia la playa de Esteiro.

También se puede recorrer un tramo del Camino Natural de la Ruta del Cantábrico. Es muy bonito y compensará en parte no poder descender al arenal de Las Catedrales. Se inicia junto al puesto de información turística, donde parten unas pasarelas de madera que van paralelas al litoral.

Miradores

Sin bajar hasta la orilla también se puede ver los laberintos y grutas que forman los acantilados y contiguo al aparcamiento de la playa se pueden encontrar dos miradores desde donde se puede contemplar unas preciosas vistas de La Mariña lucense, el Mirador de As Catedrais y el Mirador de Fotón.

Leyendas

En la playa de las Catedrales, hay infinidad de leyendas que envuelven de misterio este lugar, te contamos algunas:

Cuenta la leyenda que si alguna vez uno se queda mucho tiempo con los pies anclados en la arena podrá ver cómo se abren y se cierran los pasadizos secretos donde, que según se dice, duermen los hombres que el mar retiene hechizados en su abrazo de espuma.

También dicen que cada día o cada noche, nunca a una hora concreta, hay un momento en el que las aristas del umbral de la puerta de Las Catedrales (el enorme arco que se adentra en el mar) se iluminan de Soles o de Lunas, y que en ese momento se podrían predecir el futuro o volver al pasado. Además, los viejos marineros cuentan también que, en las horas más oscuras, en las noches en las que la Luna desaparece del todo, unos puntos brillantes marcan los límites y el centro de esa puerta, y que esos son los ojos verdes de las sirenas que iluminan, desde el origen de los tiempos, el camino de regreso a casa.

Cuenta la leyenda que si alguna vez llegas hasta esa puerta, hasta ese lugar de mi costa, que marca la división de los dos mundos, descubrirás que el tiempo no tiene más medida que el ritmo de las mareas, o el color del horizonte.

Dicen que el enorme arco que se adentra en el mar, es la puerta que divide los dos mundos y que si logras presenciar una puesta de sol en el momento en el que la marea llega a su límite más bajo, los dioses estarán a tu lado para complacer el deseo que formules en ese momento.

Como se formó la playa de las catedrales

La costa de la playa, en un principio era lineal, pero la existencia de rocas de diferente dureza, hizo que la erosión marina actuara en mayor medida en las rocas más blandas.

En estas zonas el mar avanza más hacia tierra, formándose ensenadas, la formación de dos ensenadas consecutivas, separadas por un espigón, hace que las olas del mar rompan sobre el espigón curvándose hacia ambos lados, y tanto por la fuerza del agua, como por la abrasión que producen los materiales que arrastra, por ambos lados del espigón se forman cuevas, que con el tiempo terminan por unirse, formándose un arco marino.

El mar continuará haciendo su labor de erosión, y con el tiempo, todos estos maravillosos arcos terminarán por derrumbarse, esperemos que dentro de muchos, muchos años.

Si tienes pensado ir entre julio y septiembre

Debido a la gran popularidad que tiene esta playa, la Xunta de Galicia tuvo que controlar el número de visitantes, con el fin de cuidar este tesoro natural. Las aglomeraciones ocurren sobre todo en la temporada de vacaciones y los fines de semana. Por eso, entre julio y septiembre, es necesario reservar para poder pasear por sus casi 1.400 metros de longitud.

Pero no te preocupes, reservar es muy sencillo. Debes visitar la página web oficial de la playa, habilitada por la Xunta de Galicia, y llenar un formulario. La reserva de la visita la puedes realizar hasta con 30 días de antelación, te dejamos el enlace, la autorización es gratuita:

Es muy importante conocer el estado de las mareas para poder visitar la playa, por eso puedes consultarlas en el mismo enlace al pedir la autorización.