El Miño con 343 Km de largo es el segundo río más caudaloso de la península ibérica y nace en el Pedregal de Irimia, en la Sierra de Meira, a 3 Km de Meira. Está formado por docenas de fuentes que se extienden a lo largo de la ladera oeste donde se unen sus caudales. Recorre diagonalmente Galicia pasando por las provincias de Lugo, Ourense y Pontevedra hasta desembocar en el Océano Atlántico formando un estuario.

O Pedregal de Irimia

Su peculiaridad: un río de piedras, organizadas de forma similar a un embudo y al final se aprecia un pequeño regato.
El origen del Pedregal se encuentra en una “morrena” de origen periglaciar. Las piedras, en su mayoría cuarcitas, fueron arrastradas y depositadas de forma natural hace 10.000/20.000 años aproximadamente por lenguas de hielo. Este río de piedras desciende a lo largo de 700 metros por la ladera de la sierra de Meira, a 3 Km de Meira. Bajo las piedras surge un manantial que no se ve pero puede oírse su murmullo y que es el origen del río Miño.
La leyenda cuenta que hace ya muchos años, los monjes del monasterio de Meira fueron a cobrar los impuestos por el uso de las tierras a una mujer, con fama de bruja, llamada Irimia. La mujer, negándose a pagar, expulsó a los monjes lanzándoles piedras desde lo alto de la ladera, las cuales fueron creciendo hasta alcanzar el tamaño que ahora podemos contemplar, mientras les decía: «nunca probaréis las primeras aguas de este río porque es miño (mio)».
Otra leyenda, se la atribuyen al mismísimo diablo, que tenía envidia de los monjes que allí habitaban y que, una noche de tormenta, acompañado de sus secuaces, se presentó allí para tirarles piedras y destruir el bello lugar, pero, ante los rezos de los monjes, tuvieron que retirarse dejando las piedras atrás. En el coro del monasterio de Meira hay una silla en la que se ilustra esta leyenda.
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